domingo, 21 de abril de 2013

IMPORTANCIA DE LA LECTURA




IMPORTANCIA DE LA LECTURA











La lectura es una de las actividades más importantes y útiles que el ser humano realiza a lo largo de su vida. En primer lugar, la lectura, del mismo modo que todas las restantes actividades intelectuales, es una actividad exclusiva de los seres humanos, únicos seres vivos que han podido desarrollar un sistema intelectual y racional de avanzada. Esto quiere decir que la lectura es una de aquellas actividades que nos define por lo que somos frente al resto de los seres vivos. La lectura es una actividad que por lo general comienza a adquirirse muy lentamente desde temprana edad y se mantiene de por vida, es decir que no se pierde con el tiempo.


Por otro lado, la importancia de la lectura también reside en el hecho de que es a través suyo que el ser humano puede comenzar a recibir conocimientos de manera formal e insertarse así en el proceso tan complejo pero útil conocido como educación. La lectura supone siempre atención, concentración, compromiso, reflexión, todos elementos que hacen a un mejor desempeño y a mejores resultados.


Obviamente, la lectura puede realizarse de muchas maneras y con muchos objetivos. Así, no es lo mismo la lectura por placer que aquella que se realiza por obligación para cumplir determinado objetivo educativo o laboral. De cualquier modo, siempre la lectura actuará como un fenómeno que nos permite alentar nuestra imaginación, crear nuevos mundos en nuestras mentes, reflexionar sobre ideas o conceptos abstractos, entrar en contacto con nuestro idioma o con otros, mejorar nuestra ortografía, conocer más sobre otras realidades, etc. Es siempre relevante para que la lectura rinda sus mejores frutos que la misma se realice en ambientes relajados y tranquilos, que inviten a la concentración, que permitan que la persona se olvide de aquello que lo rodea y se sumerja en la historia que lee.



LOS BAJOS ÍNDICES DE LECTURA GENERAN POBREZA DE VOCABULARIO: ESPECIALISTA.

Fuente: La Jornada | Fernando Camacho Servín






Los bajos índices de lectura en México generan gran pobreza de vocabulario, particularmente entre la población más joven, lo que a su vez provoca falta de comprensión de las lecturas y un obstáculo para acceder a nuevos conocimientos, advirtió la directora del Instituto de Investigaciones Filológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, Aurelia Vargas Valencia.

Para abatir este fenómeno, la especialista recomendó implementar técnicas adecuadas de promoción de la lectura y concentrarse en los aspectos cualitativos de la misma, en vez de imponer este hábito como una obligación y hacer que los jóvenes lean más cantidad de palabras por minuto, aunque no disfruten ni entiendan los contenidos.

Los bajos índices de comprensión lectora que padecemos en México, y por tanto la pobreza de vocabulario, tienen su origen en la infancia. Por eso es necesario promover un mejor acercamiento a la lectura desde los primeros años, explicó Vargas en entrevista con La Jornada.
Si bien no hay estudios determinantes sobre el tema, se calcula que un estudiante promedio de nivel preparatoria tiene un vocabulario de entre 300 y 2 mil palabras, que contrastan de forma muy clara con las más de 80 mil que existen en el idioma español. Hay una riqueza enorme de la lengua que no se está utilizando, y un medio fundamental para mejorarla es la lectura, enfatizó.
Uno de los medios por los cuales se puede introducir a los jóvenes al mundo de las letras es familiarizarlos con los autores clásicos de todas las épocas y lugares del mundo, entre éstos los grecolatinos, porque en ellos se concentran algunos de los mejores elementos de la tradición cultural de Occidente.
De esta forma, los estudiantes pueden tener un mejor conocimiento del idioma, de manera más natural, sin presiones ni imposiciones, lo que a la postre les permitirá tener un rendimiento normal en su vida escolar y acceder a todo tipo de conocimientos.
Los maestros nos quejamos amargamente de los bajos niveles de comprensión lectora de nuestros alumnos, y hay que atender el problema desde la raíz, en los primeros años, desde los primeros contactos en la familia, y en ello es muy importante el papel de los padres, y también de los abuelos, para leerle a los niños y estimular su imaginación, indicó.
En vez de instrumentar planes para que los menores lean más palabras por minuto, insistió, hay que poner atención en la calidad de las lecturas y en su nivel de comprensión. Ahí hay mucho por hacer. También tenemos la tradición oral que ha estado presente en las culturas indígenas, y que es una enorme riqueza que debemos aprovechar.



¿Cómo se lee en México?


El imperio del libro impreso y las maneras de leer que se han estructurado a partir de un texto escrito continúan; a la vez, éste convive con las innovaciones originadas por la tecnología electrónica

Jueves 14 de febrero de 2013Rafael López | El Universal


Ante las nuevas tecnologías y la consecuente evolución del libro hacia una textualidad y un soporte distintos del impreso en papel, lectores, libreros, educadores y bibliotecarios se preguntan qué impacto tendrán aquéllas en los procesos educativos y de información y, por supuesto, en las prácticas de lectura.
Luego de una primera evaluación de cómo se lee en México, derivada de sus investigaciones y sus reflexiones, la doctora Elsa Margarita Ramírez Leyva, especialista del Instituto de Investigaciones Bibliotecológicas y de la Información de la UNAM, asegura que el libro impreso aún persistirá mucho tiempo.
“Estamos en la etapa del incunable electrónico. Claro, han surgido diferentes tipos de escritura electrónica que están propiciando modalidades de lectura distintas de las que han prevalecido en los medios impresos, pero estamos en una etapa inicial”, comenta.
El libro electrónico todavía conserva la mayor parte de las características del libro impreso, aunque presenta una variante: la interactividad; además, ya han empezado a desarrollarse versiones que incluyen imágenes, sonido y vínculos con otros textos multimedia.
El imperio del libro impreso y las maneras de leer que se han estructurado a partir de un texto escrito continúan; a la vez, éste convive con las innovaciones originadas por la tecnología electrónica, que han dado lugar a la hipertextualidad.

Ramírez Leyva, autora del estudio La lectura en los tiempos de Internet, ha estudiado la experiencia de esta actividad intelectual y recreativa. En cuanto a la lectura en una pantalla, la experiencia difiere: los jóvenes dicen que leer en una computadora de escritorio cansa, sobre todo cuando la lectura es prolongada.
“Sin embargo, los colegas del área científica conforman un sector que produce y consume revistas electrónicas; es más, las prefieren a las impresas porque, como su proceso editorial es más breve, les permiten estar actualizados en menor tiempo con respecto a los avances y les facilitan el trabajo en equipo y el acceso a los contenidos desde cualquier lugar”, comenta Ramírez Leyva.
Otros soportes de lectura como los diferentes tipos de tabletas favorecen la lectura de un texto largo, pues su formato tiende a semejarse cada vez más al del libro. Con ciertas ventajas, sus aplicaciones permiten manipular el tamaño de la letra, hacer anotaciones, consultar el diccionario, incluso enlazarse a otros sitios, si se cuenta con conexión a Internet.
“Es más, algunos libros electrónicos cuentan con aplicaciones para realizar la denominada lectura social, que favorece la comunicación entre lectores, autores, profesores y editores; de este modo, las barreras de comunicación tienden a diluirse y el texto se convierte en un espacio de trabajo y aprendizaje, y, también, lúdico”, dice la especialista.
Frente a las opiniones conservadoras sobre la calidad de la información que se ofrece en Internet, la especialista apunta: “El problema de la calidad de los contenidos y de los posibles efectos nocivos de éstos en los lectores no es nuevo. Hoy, los temores se renuevan por la libertad para comunicar y acceder a una gran variedad de contenidos. Pero éste no es el verdadero problema. El verdadero problema radica en las deficiencias en las capacidades de lectura y escritura. Los involucrados en la formación de lectores (profesores, padres de familia y bibliotecarios) tendríamos que pensar en cómo formar no sólo a las nuevas generaciones, sino también a los adultos, para que puedan escoger los mejores contenidos escritos y audiovisuales, aprovecharlos y disfrutarlos; en cómo hacer de la lectura una experiencia que les permita formarse y transformarse.”
En una investigación efectuada por Elsa Margarita Ramírez Leyva entre estudiantes de bachillerato de la Universidad, ellos dijeron preferir las fuentes digitales de información cuando se trata de sus tareas y el libro impreso cuando se trata de leer. Incluso, algunos expresaron preocupación por el tiempo que sus hermanos menores dedican a navegar por el ciberespacio o a jugar videojuegos.
“Aún más: pese a que pertenecen a la denominada generación digital, se observa que no aprovechan el potencial que les ofrecen los medios impresos y electrónicos, como la biblioteca digital de la UNAM. Y lejos de pensar que dominan las tecnologías de la información y la comunicación, es necesario integrar a su proceso educativo programas para el desarrollo de habilidades informativas. Así podrán utilizar con mayor provecho fuentes y recursos que amplíen su universo informativo.”

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